La colocación de una prótesis con el objetivo de sustituir una articulación dañada es uno de los procedimientos que mejores resultados clínicos consigue en términos de seguridad y de calidad de vida percibida por los pacientes. Son unas de las operaciones que más frecuentemente se realizan en cirugía ortopédica y que aseguran unos buenos resultados duraderos.

A pesar de ello, cada cierto tiempo aparecen en el mercado nuevos implantes con supuestas mejorías técnicas encaminadas a conseguir mejores resultados que con las prótesis utilizadas hasta ese momento. Estas novedades, para demostrar su utilidad deben pasar por la prueba del paso del tiempo para demostrar su eficacia.

En un artículo reciente publicado en el British Medical Journal en setiembre del 2014  “Appraisal of evidence base for introduction of new implants in hip and knee replacement: a systematic review of five widely used device technologies” repasa los datos de estudios clínicos que exploran la efectividad y la seguridad de las supuestas mejorías de cinco de las innovaciones aparecidas el los últimos años en el mundo de las prótesis articulares: tres en prótesis de cadera (par de fricción cerámica-cerámica, cuellos femorales modulares y cotilas no cementados monoblocs) y dos en prótesis de rodilla (prótesis de alta flexión y prótesis específicas para cada sexo). Es decir, de aquellas mejorías en los diseños de las prótesis que se han comercializado y que iban a revolucionar el mundo de las prótesis.

El resultado de revisar todos los trabajos publicados hasta la actualidad son demoledores: ninguna de las cinco innovaciones ha demostrado mejorar la función o los resultados clínicos de los pacientes intervenidos. Los autores concluyen que debería existir una regulación mas estricta o una supervisión de las sociedades científicas para prevenir a los pacientes de futuras supuestas innovaciones presentadas sin datos contrastados que demuestren una mejoría clínica con seguridad.