Se trata de una paciente de sexo femenino, de 58 años de edad, que había sufrido una fractura del cuello del fémur (cadera) tres años antes. Fue intervenida quirúrgicamente en ese momento, practicándosele una osteosíntesis (fijación de los fragmentos óseos con dos tornillos internos). Posteriormente la fractura consolidó (curó) pero presentó como complicación de la fractura una necrosis isquémica de la cabeza femoral (infarto con posterior muerte del hueso de la cadera). La solución propuesta fue la colocación de una prótesis total de cadera. Se optó por un modelo con vástago femoral cementado a pesar de la edad debido a la importante osteoporosis que presentaba la paciente.
Intervención
El paciente se coloca en la mesa de quirófano en decúbito lateral (de lado) y se realiza la incisión de piel y se profundiza hasta llegar a la articulación. Seguidamente se luxa la articulación (disloca) permitiendo acceder al cuello del fémur, se retiran los tornillos que llevaba la paciente y se corta y se extrae la cabeza del fémur. Posteriormente se procede a preparar el canal medular del fémur (donde se alojará la prótesis) y a fresar la superficie del acetábulo (retirar los restos de cartílago de la parte superior). En este caso se implantó un cótilo no cementado impactado y fijado con dos tornillos, colocando el inserto de politileno a continuación. Finalmente se procede a preparar el cemento y implantar el vástago femoral, colocación de la cabeza de la prótesis y reducción de la misma comprobando la movilidad y estabilidad de la nueva articulación. Para terminar, se cierra la incisión dejando un drenaje interno.